jueves, 27 de diciembre de 2012

La privatización de Telemadrid


Como todo el mundo sabe, actualmente la cadena autonómica madrileña se encuentra en un proceso de ERE que acabará con el 80% de los trabajadores despedidos y con Telemadrid en concurso de privatización. 

La mala situación financiera del país unida a la inestable economía de los medios de comunicación ha afectado gravemente a Telemadrid. Si a esto se le une unos datos de audiencia cada vez más bajos y una acusación constante de manipulación informativa, el futuro de la cadena como medio público es bastante improbable.

Todo esto ha hecho surgir el debate sobre si las televisiones y radios públicos son necesarios.

El papel de los medios públicos es dar cabida a todas las minorías y las informaciones que no tienen espacio en los medios privados. El problema en el caso de Telemadrid es que, desde la llegada de Esperanza Aguirre al gobierno madrileño, la manipulación ha sido la tónica general de la cadena. Y no es sólo que algunos periodistas como Sánchez Dragó o Hermann Tertsch se dedicaban a exponer sus ideologías políticas en los programas de Telemadrid. Toda la información que se emitía pasaba por el filtro de Esperanza Aguirre.
Todo el mundo recuerda a Aguirre echando la bronca a unos periodistas por ir a cubrir un incendio sin su permiso o la crónica de Hermann Tertsch sobre la Huelga General que grabó el día de antes de que ésta se realizara. Todo esto ha llevado a una caída espectacular de la audiencia.

Al fin y al cabo, Telemadrid ha sido la cadena de la ahora expresidenta de la Comunidad de Madrid. No es discutible la necesidad de los medios públicos, pero no se puede permitir que su única función sea hacer campaña de un partido, y mucho menos de un candidato, con dinero público. Si esa va a ser la función de las televisiones públicas es preferible que se privaticen.     

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